martes, 8 de noviembre de 2011

Cap. 13 Llegó el fin de semana...

Llegó el fin de semana y con él el cumpleaños de Bastien. No era un cumpleaños cualquiera, era su 18 cumpleaños, este viernes ya sería considerado una persona mayor de edad. Tenía muchas ganas de pasar ese fin de semana con él y celebrar su cumpleaños. Me maquillé mucho y por primera vez me atreví a poner tacones. Además, me puse un largo abrigo de piel, sintética, que mi madre llevaba a cenas importantes para parecer más sofisticada y elegante.
No es que me sintiera más guapa así, me sentía más mayor. Ahora que el cumplía 18, parecía que era 3 años más pequeña que él aunque mi cumpleaños era dentro de 2 meses. Al ser su 18 cumpleaños me hacía pensar que era muy joven para él y que buscaba una chica con una edad más cercana a la suya. Solo podía pensar en eso de ida a su casa. Estaba tan nerviosa que me temblaban las piernas y de vez en cuando tenía algún escalofrío.
Llegué en 30 minutos a la casa de Bastien. Unos segundos antes de timbrar a la puerta abrió. Seguramente me vio por alguna ventana antes de entrar lo que significaba que estaba impaciente por mi llegada. Entré en la casa y lo que más me sorprendió fue que no había nadie allí además de Bastien y yo.
- ¿No tienes amigos ni familia que quieran celebrar tu cumpleaños?- Bastien cogió mi abrigo y lo colgó en una percha.
- Sí, lo que pasa es que quería celebrarlo con la persona más importante en mi vida.- Me sonrojé pero lo hice aun más cuando Bastien me cogió de la mano y me llevó a su habitación.
Como la última vez que estuve allí, nos sentamos al pie de su cama de la mano. Posé mi bolsa, en la que llevaba todo para el fin de semana, en la cama y comenzamos a charlar.
- A mi padre le costó dejarme venir, ahora voy a tener que limpiar los platos durante dos semanas.
- Me encanta que hagas esos sacrificios por mí.
- Y a mí... me encantas tú.- Bastien sonrió y seguidamente me besó.
Bastien me empujó y se colocó sobre mí. Yo le acariciaba y el me agarraba por la cintura. Sentía su aliento porque nuestras bocas estaban cerca, pero no lo suficiente para llegar a besarnos.
- Chloé quiero que sepas que te quiero y que nunca dejaré de hacerlo.
- Lo sé porque yo siento lo mismo por ti.
Bastien me volvió a besar.
- Quiero que vivas conmigo. - En cuanto dijo eso me incorporé y me senté en la cama. No sabía que responder. Me quedé callada y Bastien notó que pasaba algo.


- Chloé, ¿te gustaría vivir conmigo?


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